La Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial: Un Compromiso con los Derechos Humanos y la Diversidad Cultural en las Américas
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El 17 de octubre conmemoramos el Día Internacional del Patrimonio Cultural Inmaterial, una fecha clave para reflexionar sobre la importancia de preservar y promover las expresiones culturales que dan identidad a nuestras comunidades. El patrimonio cultural inmaterial no solo está formado por tradiciones o costumbres, sino por los conocimientos, prácticas y expresiones que se transmiten de generación en generación, y que son esenciales para el sentido de pertenencia y continuidad histórica de los pueblos.
En las Américas, la diversidad cultural es inmensa. Desde los saberes ancestrales de los pueblos indígenas hasta las prácticas culturales afrodescendientes, nuestro continente es un mosaico de identidades que nos enriquecen y nos conectan con nuestras raíces. Sin embargo, este patrimonio está constantemente amenazado por los efectos de la globalización, los conflictos, las migraciones forzadas y el cambio climático. Ante estos retos, las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (INDH) tienen un papel crucial, no solo en la defensa de los derechos civiles y políticos, sino también en la protección de los derechos culturales.
La defensa del patrimonio cultural inmaterial no es una tarea secundaria para las INDH. Al contrario, forma parte de nuestra misión esencial, ya que este patrimonio está directamente vinculado con el derecho de las comunidades a participar libremente en la vida cultural, a mantener su identidad y a ejercer su autodeterminación. Es nuestro deber garantizar que estas expresiones culturales continúen vivas, y que las comunidades que las protegen sean reconocidas y valoradas. Para ello resulta estratégico seguir ampliando las alianzas regiones como la que se ha forjado entre la RINDHCA y Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL), que se ha consolidado a través de la firma del Memorándum de Entendimiento entre ambas instituciones que busca fortalecer el marco de cooperación entre los derechos humanos y la cultura en las Américas
Este compromiso es especialmente relevante para los pueblos que históricamente han sido marginados o invisibilizados. En las Américas, el Grupo de Trabajo sobre Derechos Humanos y Población Afrodescendiente de la RINDHCA, coordinado por la Defensoría de los Habitantes de Costa Rica, ha trabajado incansablemente para visibilizar y proteger los aportes de las comunidades afrodescendientes a nuestra cultura. Estos aportes, que incluyen desde la música y la danza hasta los conocimientos y sistemas de organización social, son parte integral de nuestras identidades nacionales y regionales.
A pesar de esto, durante mucho tiempo las expresiones culturales afrodescendientes han sido ignoradas o subvaloradas. Esto nos invita a redoblar nuestros esfuerzos para garantizar que estos aportes sean reconocidos y protegidos como parte fundamental del patrimonio cultural inmaterial de nuestras sociedades. La música, los ritmos, los rituales y las festividades de las comunidades afrodescendientes no solo enriquecen nuestras culturas, sino que también son testimonio de resistencia y resiliencia frente a siglos de discriminación y exclusión.
En este Día Internacional del Patrimonio Cultural Inmaterial, es esencial subrayar el rol de las INDH en la promoción de los derechos culturales. La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, adoptada en 2003, establece que la protección de este patrimonio es una responsabilidad compartida entre los Estados y las comunidades. Las INDH, como defensores de los derechos humanos, tienen el mandato de actuar como intermediarios y protectores de estos derechos, asegurando que las comunidades puedan seguir transmitiendo sus conocimientos y tradiciones.
El patrimonio cultural inmaterial nos conecta con nuestro pasado, nos define en el presente y nos proyecta hacia el futuro. Cuando protegemos este patrimonio, no solo estamos preservando la cultura, sino también promoviendo la inclusión, la diversidad y el respeto por los derechos humanos. Estas son las bases sobre las cuales se construye una sociedad más justa, donde cada persona y comunidad tiene el derecho de participar plenamente en la vida cultural.
En un momento en que muchas expresiones culturales están en peligro de desaparecer, es fundamental que las INDH se involucren activamente en su protección. Las comunidades no deben estar solas en esta tarea. La participación de las INDH es clave para garantizar que los derechos culturales de los pueblos sean respetados, y para promover la creación de políticas públicas que favorezcan la diversidad y la inclusión.
Invito a todas las INDH de las Américas a renovar su compromiso con la defensa y promoción de los derechos culturales. Necesario que nos unamos para garantizar que cada comunidad pueda preservar, expresar y compartir su patrimonio cultural inmaterial de manera libre y digna. Solo así podremos construir un futuro en el que la diversidad cultural sea un pilar esencial del respeto por los derechos humanos.
Pedro Callisaya Aro
Secretario General de la RINDHCA y Defensor del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia