Principios Méndez: de los interrogatorios a las entrevistas de investigación
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Para prevenir la tortura es necesario dejar atrás los interrogatorios y transitar hacia las entrevistas de investigación. La tortura y el uso de prácticas ilegales e indebidas de interrogatorio están enraizadas en las fuerzas del orden, debido a diversos factores, como la presunción equivocada de que el maltrato y la coacción son necesarios para obtener confesiones o información.1 Estas prácticas profundamente lesivas son la antesala de privaciones de libertad arbitrarias y condenas erróneas. Los estudios revelan que cuanto mayor sea la coacción empleada en el interrogatorio, mayor será la probabilidad de que este culmine en una confesión falsa.2
Tomando en cuenta que la tortura, los malos tratos y la coacción tienen devastadoras consecuencias para las personas, y la sociedad en su conjunto, en 2016, el ex Relator sobre la Tortura de la ONU, el profesor Juan Méndez, propuso la adopción de un Protocolo Universal de Entrevistas en su último informe temático. La materialización de esta iniciativa ocurrió en 2021 con la publicación de los Principios sobre Entrevistas Efectivas para Investigación y Recopilación de Información (o Principios Méndez).3 Con un enfoque multidisciplinar en su redacción los Principios integran de forma única la ciencia, el derecho y la ética en todo su texto, y se caracterizan por:
Ser constructivos.
Proponen una alternativa y orientaciones para que quienes realizan entrevistas de investigación puedan obtener información fiable con respeto al debido proceso y los derechos humanos. Los Principios buscan contribuir a mejorar la eficacia, y los resultados de los procesos de investigación y de recopilación de la información. Por ello, es importante subrayar los beneficios que tiene el uso de los Principios para las fuerzas del orden, las fiscalías, las personas entrevistadoras, y las autoridades en general a fin de garantizar el estado de derecho, toda vez que ningún sistema jurídico puede permitir la admisión de pruebas obtenidas mediante tortura.
Están basados en la ciencia.
Establecen que una entrevista, es un proceso complejo, porque intervienen seres humanos, comportamientos humanos y derechos humanos. Su fortaleza radica en sus fundamentos sólidos simentados en la investigación científica y empírica, combinados con las leyes y las normas éticas, más recientes, lo que contribuye a que se cuente con una respuesta basada en evidencia ante cualquier enfoque que intente justificar la tortura en nombre de la seguridad. Los Principios demuestran dos cosas: i) que las prácticas de interrogatorio coercitivas son ineficaces y contraproducentes para obtener información precisa y fiable; ii) y que las entrevistas basadas en la relación de confianza son eficaces para obtener este tipo de información.
Son integrales.
Revelan que la entrevista es parte de un proceso que comienza desde el primer momento en el que se establece contacto entre la persona a entrevistar y las autoridades. Aquí es importante notar, que lo que ocurre durante el arresto, el traslado e incluso las condiciones de la detención pueden tener un impacto en la calidad de la entrevista y en el resultado de la investigación.
Los Principios enseñan que una entrevista efectiva requiere de preparación exhaustiva por parte de la persona entrevistadora. Esto incluye la revisión de todas las pruebas e información existentes, la definición del objetivo y la estrategia, y conocer cómo y cuándo se utilizan las pruebas obtenidas durante la investigación. Los Principios reconocen que hay personas que están en mayor riesgo por su edad, identidad de género, nacionalidad, discapacidad, entre otras circunstancias, por lo que su situación debe ser evaluada y atendida antes y durante la entrevista.
Son prácticos.
Pasar de los interrogatorios coercitivos a las entrevistas basadas en la confianza es un proceso global que requiere un cambio de mentalidad. Esto no puede ocurrir sólo a nivel de la persona entrevistadora, sino que se necesita de un contexto más amplio por ello se deben adoptar medidas nacionales sólidas. Los Principios refieren que es necesario un desarrollo profesional e integrar su contenido en los planes de estudio de las autoridades competentes. Pero, la capacitación no es suficiente para producir un cambio de mentalidad y debe complementarse con otras medidas a nivel nacional, que permitan contar con instituciones transparentes y que rindan cuentas.
Ello implica la revisión de prácticas existentes y de los procedimientos operativos. También significa que las instituciones deberían de ser capaces de reaccionar en caso de comportamientos ilegales, y que el deber de denunciar la tortura y los malos tratso debe ser obligatorio.
Con estas características los Principios Méndez impulsan cambios de mentalidad para alejarnos de los interrogatorios coercitivos y caminar hacia el uso de las entrevistas de investigación en América Latina. Y son una herramienta que demuestra, desde una perspectiva científica y rigurosa, que la tortura y los malos tratos nunca deben utilizarse.
Autor: Sara Vera, asesora principal para américa latina de la asociación para la prevención de la tortura.
1 ONU, Informe del Relator Especial sobre la Tortura del 05 agosto de 2016. Ver también A/HRC/RES/31/31, Resolución del
Consejo de Derechos Humanos, 24 de marzo de 2016. Disponible en: Clic aquí
2 APT, Principios sobre Entrevistas Efectivas para Investigación y Recopilación de Información, Mayo 2021. Disponible en: Clic aquí
3 Ibidem