Reflexión sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos
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En el marco de los 75 años de la Declaración Universal de Derechos humanos, como Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, elevo una reflexión respecto al avance en materia de Derechos Humanos, a partir de los 30 artículos consagrados en la referida Declaración.
Igualmente, resulta pertinente traer a colación la triple dimensión que tienen en la vida de las personas; siendo la primera referida a la ética, ya que nos mueve a actuar en favor de nuestra dignidad; así como una dimensión política, la cual permite que los Estados puedan obligarse a respetarlos y promoverlos; finalizando con la dimensión jurídica, ya que, al constituirse en norma, son reclamables frente a los Estados.
Del mismo modo, estos derechos continúan siendo aspiraciones de la humanidad, ya que no son concesiones del Estado, sino el resultado de ciclos de luchas históricas. En ese orden, recalco que la institución que presido fue fundada en 1993 como una garantía de no repetición después de la guerra civil (1980-1992); siendo actualmente referente en la reflexión ética y la Cultura de Paz, que es el horizonte más idóneo para edificar sociedades pacíficas, prósperas y, sobre todo, respetuosas de los Derechos Humanos.
Que sea un difícil reto, no significa que no deban hacerse los mejores esfuerzos por promover e impulsar esta cultura, la cual se nutre de un conjunto de valores humanos fundamentales, entre los cuales ocupa un lugar central el respeto a la dignidad de las personas, sin distinciones ni exclusiones de ninguna naturaleza, derivando otros valores y compromisos vitales, como la solidaridad, la fraternidad, la búsqueda del bien común y la opción preferencial por quienes se encuentran en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Maestra Raquel Caballero de Guevara
Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador