En menos de un año, Chile registró tres catástrofes. En enero y febrero de 2023 gigantescos incendios forestales azotaron las regiones del sur, dejando 26 fallecidos y 7.657 damnificados. En junio y agosto dos inundaciones afectaron la zona central, con seis fallecidos y 85.172 damnificados. Hace poco, otro incendio forestal, en la Región de Valparaíso, muy cerca de Santiago, deja hasta ahora 131 fallecidos y cerca de 40 mil damnificados.
Los derechos humanos pueden verse afectados por desastres que impactan de diversas formas a la población. Ante eso el INDH ha efectuado un trabajo en terreno para analizar la gestión de las emergencias. No sólo la entrega de ayuda, sino a la preparación para prevenir las tragedias. La labor adquiere más relevancia ya que Chile es uno de los países más expuesto a las amenazas naturales[1], lo que puede acentuarse por efecto del cambio climático.
Luego de este trabajo en terreno, especialmente en los casos de los incendios y las inundaciones de 2023, el INDH planteó en su último Informe Anual una serie de recomendaciones al Estado de Chile. Entre ellas, destacan asignar recursos para un programa que permita implementar planes de reducción del riesgo de desastres. También, adoptar medidas que garanticen acceso a las ayudas tempranas y a los planes de reconstrucción a los damnificados, en particular de grupos de especial protección, como niños, niñas y adolescentes, personas mayores y con discapacidad.
El desafío de protección y promoción de derechos humanos se nos plantea en distintas maneras, y esta experiencia está a disposición de los miembros RINDHCA cada vez que sea necesario.
[1] El GermanWatch Global Climate Risk Index 2021, ubica a Chile en el lugar N°25 de su ranking relativo al nivel de exposición y vulnerabilidad ante la recurrencia de mayores eventos extremos.
Consuelo Contreras Largo
Directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile