75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el trabajo de la INDH
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La Magistratura Moral de las Instituciones Nacional de Derechos Humanos sin duda, tiene sus bases fundacionales en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este documento no es una simple Declaración, sino también es un mandato moral para todos los sujetos de la comunidad internacional. De ahí, que la institución del Ombudsperson como Instituciones Nacionales de Derechos Humanos cumplimos una tarea excepcional, traducido a la defensa y protección de la dignidad humana.
El contexto histórico en que nace la Declaración es un escenario de guerra y postguerra, donde se cometieron crímenes atroces contra la dignidad humana. Ese momento histórico heredó a la humanidad la trágica carga de infelicidad a causa de la polarización mundial, teniendo el deber de conservar la memoria histórica de los hechos, que nos colocan como actores del actual momento, para asegurar que los hechos no se repitan.
Sin embargo, a estas alturas de la historia el cumplimiento de los derechos humanos continúa siendo una utopía para la humanidad misma en mayor medida para aquellas poblaciones que enfrentan realidades de desigualdad que les condenan a sufrir una vida sin garantías de su dignidad.
En este contexto conmemoramos el 75.° aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el instrumento que constituyó la base de nuestra lucha. Con su proclamación, los Estados nos ofrecieron las bases de acción global para la libertad y la igualdad de derechos. De ahí, que la comunidad internacional acordó la condena a los actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, producidos por el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos, como bien lo enuncia con contundencia el preámbulo de la propia Declaración Universal.
De esta forma, la Declaración es el marco aspiracional de todos los Estados, para asegurar que las atrocidades cometidas en el pasado, no se repitan y que los perpetradores de las violaciones a los derechos humanos rindan cuentas al mundo sobre sus actuaciones de modo que logremos “un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias".
Justamente esa es nuestra labor como INDH. Garantizar que los Estados cumplan con la comunidad internacional y con la humanidad sus deberes de garantizar y respetar todos los derechos que emanan de la dignidad. Ante este imperioso mandato, cada vez resulta más necesario fortalecer las medidas adoptadas por las INDH en la actualidad, para abordar los problemas apremiantes de derechos humanos que enfrentan las poblaciones más discriminadas y empobrecidas de todo el mundo.
Finalmente, deseo extender mi mayor felicitación para todas mis homólogas por su compromiso, su trabajo excepcional y sus convicciones en los valores de la dignidad, la democracia y la rendición de cuentas. Les motivo, para continuar haciendo su trabajo con la misma y mayores fuerzas, sabiendo que somos muchos los que cada vez nos convencemos de la necesidad e importancia del trabajo que hacemos. A todas y todos ustedes, en nombre de la humanidad, muchas gracias.
Blanca Izaguirre
Defensora del Pueblo de Honduras