El ciclo se organiza en torno a cuatro áreas clave: salud mental; libertades (expresión, circulación, asociación y manifestación); empresas y DDHH; garantías y respeto a los DDHH de las personas privadas de libertad.
El primer encuentro tendrá lugar el 11 de febrero a las 9:30 horas y contará con la participación de representantes del gobierno, la academia, el sistema de las Naciones Unidas y la sociedad civil. La apertura estará a cargo de Wilder Tayler, presidente de la INDDHH y Jan Jarab, representante regional de ACNUDH América del Sur.
Será transmitido por las redes sociales y el canal de YouTube de la INDDHH. Para registrarse y recibir la relatoría del encuentro, se deberá completar el siguiente formulario.
La iniciativa busca abrir un espacio de reflexión, análisis e intercambio orientado a legitimar y reforzar el rol de cada uno de los actores, y a fortalecer el espacio cívico y su aporte a la democracia.
SOBRE EL PRIMER DIÁLOGO: LA IMPORTANCIA DE LA SALUD MENTAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA
En el contexto de la emergencia sanitaria por el COVID-19 tanto el Estado, como la sociedad civil y la academia realizan un trabajo crítico para detener la propagación del virus, proteger a las personas vulnerables y mitigar los impactos de la pandemia en sus vidas y sus medios de subsistencia.
Una adecuada interacción entre los diferentes actores y el respeto de todos los derechos humanos, comprendidos los derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos, resultan indispensables para el éxito de la respuesta integral ante la pandemia.
En este escenario, se ha puesto de manifiesto la relevancia del trabajo de prevención y atención en salud mental, volviendo la atención hacia las necesidades y las respuestas que desde todos los sectores se estructuran para el trabajo en esta temática.
Este desafío se enmarca en un contexto país con una nueva Ley de Salud Mental (Ley 19.529) cuya implementación está pendiente. No obstante, el proceso de elaboración de la Ley debe valorarse como una fortaleza ya que es fruto del trabajo conjunto del gobierno y organizaciones sociales de usuarios, familiares, gremiales, académicas y científicas con el objetivo de generar un cambio de paradigma y reformar el modelo de atención a la salud mental en Uruguay.
Se hace necesario fomentar y fortalecer los espacios de diálogo y articulación entre todos los actores para dar continuidad a los avances ya implementados y priorizar las acciones en un escenario que se ha visto modificado y agravado por la pandemia mundial.
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