Violencia de grupos armados, estigmatización y agresiones en su entorno cercano, principales vulneraciones a lideresas y defensoras de DDHH
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La violencia armada y la estigmatización de su labor por parte del entorno y algunos funcionarios públicos, son las principales dificultades que enfrentan las lideresas sociales y defensoras de derechos humanos, advirtió este martes desde Medellín el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, durante una Audiencia Defensorial que visibilizó los riesgos colectivos que esta población enfrenta en Antioquia.
Según el informe entregado por la Defensoría del Pueblo, que se enmarca en la iniciativa ProDefensoras de ONU Mujeres y la Embajada de Noruega, en Antioquia la violencia de los grupos armados ilegales ha tenido repercusiones sobre los derechos a la vida, libertad, integridad y seguridad de las mujeres que luchan por sus comunidades.
Durante la Audiencia Defensorial, Carlos Camargo explicó que la violencia física, sicológica, patrimonial, sexual e institucional, impactan de manera desproporcionada a las lideresas en Antioquia, con el agravante de que la violencia sexual es usada como ‘ejemplarizante’ para ellas y sus comunidades, como mecanismo de silenciamiento, control y dominación.
A las violencias provenientes de actores armados, se suman las que provienen de su entorno más cercano, de su pareja, de su ex pareja y de familiares. Por eso una de las fundamentales recomendaciones que hacemos en el marco de esta audiencia defensorial es propender para que haya entornos seguros y favorables al desarrollo de la labor de las lideresas y defensoras de derechos humanos, destacó el Defensor del Pueblo.
“Este es el primero de los informes territoriales que se construirán sobre las intervenciones realizadas en Cauca, Nariño, Chocó y Antioquia, regiones de mayor afectación para la labor de defensa de los derechos humanos. Así, podremos mejorar las capacidades institucionales para identificar los riesgos diferenciales de lideresas y defensoras, fortalecer la articulación interna y el enfoque de género en las alertas tempranas”, concluyó el Defensor del Pueblo.
“Antioquia es el segundo departamento con mayores índices de violencia contra lideresas y defensoras de derechos humanos (el primero es Cauca), situación que se manifiesta en asesinatos, amenazas y agresiones. Y los municipios con más riesgos son Medellín y Bello (Valle de Aburrá); Ituango, Briceño y Valdivia (norte); Cáceres, Tarazá, Caucasia, El Bagre, Nechí y Zaragoza (Bajo Cauca); Apartadó, Murindó, Mutatá, San Pedro de Urabá, Turbo y Carepa (Urabá)”, explicó Camargo.
Consulte y descargue el Informe Defensorial sobre los riesgos colectivos de Lideresas y Defensoras de Derechos Humanos en Antioquia