El Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis hizo un duro pronunciamiento, este viernes, con ocasión del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas donde, además, inauguró oficialmente la Plazoleta de la Vida, en honor a las víctimas del conflicto armado.

“Hago un llamado urgente al Estado colombiano y a la sociedad en su conjunto, para que no olvidemos la enorme deuda que tenemos con todas las personas afectadas por el conflicto en Colombia”, dijo Camargo Assis.

El jefe del organismo fue más allá y aseguró que es hora de “aceptar, de la mejor forma, la responsabilidad que nos asiste en el proceso de curar las ondas heridas de la guerra, por medio de la reparación integral y transformadora; y para que, como Nación, entendamos de una vez por todas la inmensa necesidad de dejar atrás los odios y las venganzas, emprendiendo con humildad ese camino hacia la reconciliación, la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición”.

Durante los 10 años de implementación de la ley de víctimas y restitución de tierras, la Defensoría del Pueblo ha orientado, asesorado y acompañado legal y psicosocialmente a más de 55.000 víctimas del conflicto armado en todo el territorio nacional, llegando a las zonas más alejadas del país.

En un 45% las solicitudes son realizadas por mujeres, el 7% por hombres, el 1% por personas pertenecientes a comunidades LGTBI, el 4% por afrocolombianos y el 3% de comunidades indígenas, mostrando las afectaciones que sufren grupos poblaciones considerados como minorías; pero que han sido los mayores afectados por el conflicto armado interno.

Con este evento, la Defensoría del Pueblo renueva su compromiso con las víctimas del conflicto. En esa medida refuerza su espíritu institucional para acompañar a las víctimas y en los procesos de toma de declaraciones, asesorar legalmente, asistir el desarrollo de proceso comunitarios de restitución de derechos, preparación en audiencias de justicia y paz, la secretaría técnica de las mesas departamentales y la mesa nacional de participación efectiva, así como la incidencia en política pública en diferentes escenarios del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, SNARIV.

“Queremos que este espacio sea un medio para la construcción de una memoria para la paz y la reconciliación, que no se reduzca a un espacio de denuncia y señalamientos vacíos y, por el contrario, sea un espacio que invite a la reflexión para comprender entre todos ¿qué nos pasó como país para llegar a estos niveles de violencia? Y, lo más importante: ¿Qué tenemos que hacer para ponerle punto final a décadas de conflicto armado?”, concluyó el Defensor del Pueblo.