“La Defensoría reconoce que la crisis por la pandemia ha impactado la economía, la sociedad, pero sobre todo la dignidad del ser humano, de ahí la necesidad de que las empresas cumplan con su obligación de generar condiciones para que la dignidad de nuestra gente sea la constante y no la excepción, y que el respeto permanente a los derechos humanos sea una realidad ineludible”