Reflexionar sobre lo que expresan las palabras usadas en discursos oficiales, textos, informes, campañas y demás acciones institucionales constituye una oportunidad para cuestionar y trasformar ciertas prácticas de exclusión, naturalizadas por las entidades públicas y la sociedad en general, las cuales tienen graves efectos en el goce y garantía de los derechos de las poblaciones históricamente discriminadas.