Memoria del Congreso FIO + RINDHCA sobre: Ataques a las Defensorías y Estados Excepcionales que se realizó en Dic 2020
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Desde que el 10 de diciembre de 1948 fuera proclamada la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la Asamblea General de la ONU celebrada en París, se ha recorrido ya un largo camino (no exento de dificultades) en la lucha por la salvaguarda y defensa de los derechos humanos. Dado el carácter «Universal» de la declaración, desde muy pronto se hizo evidente la necesidad de crear instituciones de carácter nacional, con la intención de conseguir generar un proceso dinámico real a favor de la protección y el desarrollo de los derechos humanos.
Este proceso de institucionalización nacional fue lento y progresivo, pues la conformación de este tipo de organismos varía —como es lógico— entre los distintos países, ya que su implantación depende de las circunstancias histórico-políticas que son propias de cada nación, y de su legislación específica. Para el ámbito geopolítico que nos ocupa, dentro del área ibérica no fue hasta 1975 que se creó en Portugal el Provedor de Justiça, en 1981 el Defensor del Pueblo de España y en 1998 el Raonador del Ciutadà de Andorra. En el entorno americano fue Puerto Rico el primer país en dotarse una entidad de este tipo (Procurador del Ciudadano, 1977), seguido de Guatemala (Procurador de los Derechos Humanos, 1985), si bien la mayoría de los países iberoamericanos adoptaron la institución a lo largo de la década de los 90 del siglo pasado.
En junio de 1994, con ocasión de una reunión celebrada en San José de Costa Rica a la que asistieron las distintas Defensorías de la región americana y el Defensor del Pueblo de España, se llegó a la conclusión de que era necesario crear una entidad que coordinase la cooperación horizontal entre todas las Defensorías del Pueblo de los distintos países iberoamericanos.
Poco después, en diciembre de aquel mismo año, se promulgó la Declaración de Madrid, documento que no solo sentó las bases de la futura creación de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO) sino que esbozó, por primera vez, un programa ambicioso de capacitación de derechos humanos a nivel iberoamericano.
Por fin, en abril de 1995, en la ciudad guatemalteca de Antigua, se celebró una reunión para consensuar los principios básicos de esta Federación, que serían finalmente incorporados a sus Estatutos, cuya sanción tuvo lugar en agosto de 1995 en Cartagena de Indias (Colombia): nacía FIO (Federación Iberoamericana del Ombudsman).
Esta misma linea, la cooperación entre las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos de los distintos países americanos, se siguió impulsando y se demostró que era imprescindible establecer sistemas de cooperación vertical entre las distintas instituciones supranacionales dedicadas a la defensa de los derechos humanos. Así, en 1999, se convocó la Primera Reunión de Instituciones Nacionales del Continente Americano en Tegucigalpa (Honduras) donde se estableció el compromiso de crear una Red de Instituciones Nacionales de la región constituidas 5de conformidad con los Principios de París. Un año después, en Ciudad de México, se adoptó el Acta de Creación de la Red, firmada por los representantes de las Instituciones Nacionales de Argentina, Bolivia, Canadá, Ecuador, Honduras y México: nacía así RINDHCA (Red de Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos en el Continente Americano) que forma parte de la estructura de representación regional de las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (INDH) en la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (GANHRI). RINDHCA es la cuota americana en la más amplia asociación internacional de INDH de todo el mundo, que trabaja en estrecha cooperación con la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). RINDHCA tiene como objetivos promover una cultura de respeto de los Derechos Humanos, fortalecer el reconocimiento y el cumplimiento de los compromisos internacionales de los Estados en esta materia, contribuir al desarrollo democrático y a la vigencia de derechos fundamentales como columnas fundamentales del Estado de Derecho, fortalecer a las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos existentes y apoyar el establecimiento de otras nuevas en consonancia con los Principios de París.
Ambas instituciones (FIO y RINDHCA), además de sus objetivos específicos comparten otros, como son promover una cultura de respeto de los derechos humanos y apoyar el fortalecimiento del Estado de Derecho, el régimen democrático y la convivencia pacífica de los pueblos.
Ya desde el primer Congreso de FIO, que tuvo lugar en abril de 1996 en la ciudad mexicana de Querétaro, se puso de manifiesto la necesidad de que los distintos Defensores iberoamericanos dispusieran de un foro adecuado donde reunirse para intercambiar experiencias, apoyarse mutuamente y fortalecer la cultura de los derechos humanos en los países iberoamericanos
Se estableció la tradición de celebrar congresos anuales, de los que hasta el año 2020 FIO había celebrado veinticuatro. Cada uno de ellos ha presentado la particularidad de estructurarse a través de un hilo conductor que caracteriza las sesiones. En el segundo Congreso celebrado en la ciudad española de Toledo (1997) los temas principales fueron: «Los derechos económicos, sociales y culturales ante las instituciones que componen la Federación Iberoamericana» y «Los derechos fundamentales y las poblaciones indígenas en América Latina». A modo de ejemplo citaremos los dos últimos: en 2018 el eje del XXIII Congreso celebrado en Andorra la Vella fue «El derecho a una vivienda digna» y en la edición de 2019, que tuvo lugar en Rio de Janeiro, el asunto central fue «La violencia de género y la igualdad».
El año 2020, ha sido un año de profundos retos regionales y globales, nadie puede dudarlo. La humanidad ha sufrido, y sigue sufriendo cuando se redactan estas líneas, si bien la llegada de las vacunas abre una ventana de esperanza, el azote de la pandemia provocada por la COVID-19. Las consecuencias no solo han sido sanitarias, sino que 6han afectado a todos los aspectos de la sociedad y también al de los derechos humanos. Los gobiernos han aplicado medidas excepcionales (la situación también lo es) que atañen a derechos fundamentales como, entre otros, la libertad de movimiento y el derecho de manifestación y reunión. Las INDH han ejercido en estas adversas circunstancias su papel de vigilancia y control y esto las ha colocado en una posición de mayor vulnerabilidad ante los gobiernos.
Que el Poder (con mayúsculas) por su propia naturaleza tiende a ser absoluto, es una de las lecciones que la humanidad ha aprendido a lo largo de su historia. Por eso la civilización ha intentado desarrollar instituciones que protejan a los ciudadanos de las tentaciones de abuso que son inherentes al ejercicio del mando. Las INDH juegan en este aspecto un papel esencial pues, si bien no son instituciones políticas, se sitúan en el área de «lo político», ya que trabajan en el campo del control de los presuntos abusos que pudieran ocurrir por parte de los poderes públicos.
Ante una coyuntura excepcional la vigilancia también ha de serlo, y esto ha provocado reacciones desmesuradas por parte de algunos gobiernos, así como una cierta falta de comprensión por una parte de los ciudadanos, pues muchos de ellos entienden con dificultad que ante una circunstancia excepcional se extreme el celo en la defensa de derechos que perciben en el momento actual como «menos importantes»; en muchos casos no son conscientes de que cuando se pierde un derecho es muy difícil recuperarlo y las medidas excepcionales adoptadas han limitado una buena cantidad de ellos.
La labor de las oficinas de Ombudsman como «voz de la conciencia» del poder y la ciudadanía las ha colocado en una posición ingrata, hasta el punto de generar en algunos casos incomprensión y antipatía. Esto ha provocado que algunas administraciones hayan aprovechado para intentar socavar la credibilidad y las facultades de las distintas INDH; en algunos casos se podría decir que los gobiernos «estaban esperando» el momento propicio para redoblar sus ataques, pues la presión nunca ha dejado de estar presente. Fruto de esta tirantez, se ha podido constatar que las oficinas de Ombudsman de El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Perú y Haití, han sufrido ataques preocupantes, solicitudes de dimisión, campañas de desprestigio de los jefes de gobierno con la utilización de los medios de comunicación y de las redes sociales como instrumento para conseguir sus objetivos, así como (en el más alto grado de expresión de la tensión Poder/INDH) ataques violentos.
Ante este panorama, ni FIO ni RINDHCA podían permanecer impasibles, pues hacerlo hubiera significado una flagrante dejación de sus funciones. Se hacía necesario dar una respuesta, alzar la voz ante una situación a todas luces injusta y, en muchos casos, inquietante. Se aproximaba el momento de la celebración del congreso anual de FIO y se consideró —con la clara intención de transmitir una imagen de unidad y fortaleza— que 7este debería ser conjunto con RINDHCA. Por otra parte, siguiendo la tradición de articular las sesiones mediante un hilo conductor, este no podía ser otro que «Ataques a Defensorías y Estados Excepcionales», lema que refleja a la perfección el momento que atraviesan las distintas INDH y el peligro que acecha a la salvaguarda de los derechos humanos en el área responsabilidad de ambas instituciones.
Las restricciones en los derechos de libertad de movimiento y reunión —además de un elemental ejercicio de prudencia— hacían inviable la celebración presencial del congreso; pero este no podía dejar de tener lugar, dada la gravedad del momento y de los hechos que se estaban produciendo. Ambas redes, FIO y RINDHCA, se adaptaron rápidamente al reto y emprendieron el primer congreso virtual iberoamericano, que reunió a representantes de mas de 20 países.
Las incertidumbres eran muchas. Por desgracia —aunque esta expresión pueda resultar paradójica— nos hemos acostumbrado durante estos meses al empleo de la tecnología como sustitutivo de las reuniones presenciales. Esto no era algo nuevo, pues la celebración de reuniones virtuales estaba empezando a resultar «moneda común» en las relaciones sociales, en especial en el mundo de la empresa, pero conectar a una gran cantidad de personas de forma simultánea generaba dudas más que razonables. A estas inseguridades se añadía la de la repercusión que pudiera tener el congreso, de qué manera iba a ser recibido por el público la celebración de un acto con estos condicionantes, si la asistencia iba a estar acorde con la importancia de los asuntos que se pretendían tratar, etc.
Sin embargo, a pesar de todo, hoy podemos decir que el congreso fue un éxito, pues contó con más de 400 participantes de todo el mundo, demostrando así que existe una sincera preocupación por ampliar y fortalecer la cultura y los valores de los derechos humanos en el mundo.
El objetivo de la presente publicación es transmitir los contenidos del congreso. No será esta una obra académica sensu stricto, si bien se incluirán los textos originales de algunas de las ponencias presentadas; intentaremos más bien resaltar las ideas principales que subyacen en las intervenciones de los distintos congresistas. Se tratará, por tanto, de un análisis subjetivo pero, en aras de la objetividad y aprovechando que esta va a ser una publicación electrónica, se incluirán los enlaces a las distintas sesiones, para que el público interesado pueda conocer de primera mano el contenido de las intervenciones y, en su caso, valorar si nuestra visión ha sido la correcta. Por razones obvias nos faltará describir el ambiente, las relaciones personales y los intercambios de experiencias que son propios de estos actos cuando se celebran de manera presencial.
La estructura del libro seguirá de forma diacrónica la del programa del congreso. Si bien algunos contenidos tuvieron lugar de manera sincrónica, 8una vez más la tecnología acude en nuestra ayuda, lo que nos ha permitido recuperar las intervenciones de las Redes Temáticas y analizaras de manera más sosegada.
Desde FIO y RINDHCA tenemos la ilusión de que esta publicación esté a la altura del esfuerzo realizado por la organización, los ponentes y los asistentes, así como también que seamos capaces de reflejar la importancia de los asuntos tratados, en la esperanza de poder contribuir al desarrollo de la cultura y los valores de los derechos humanos en el mundo.
Augusto Jordán Rodas Andrade
Presidente de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO)
José Apolonio Tobar Serrano
Secretario General de la Red de Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos del Continente Americano (RINDHCA)
Descargar aquí la memoria del congreso
Separatas de las sesiones de los Grupos y Redes temáticas
- Ataques a INDH
- Empresa minera y derechos humanos
- Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
- Personas campesinas, indígenas y afrodescendientes en ruralidad
- Seguridad privada y derechos humanos
- Red de comunicadores ComFIO
- Red de Medioambiente
- Red de Migración y Trata
- Red de Mujer
- Red de Niñez y Adolescencia